Carta a Costa Rica
Prosperidad, bienestar, oportunidades y tranquilidad no pueden ser simples palabras escritas en una hoja blanca, deben ser la razón del quehacer individual y colectivo de un país y especialmente de quienes lo gobiernan.
Siempre me he sentido orgullosa de tener la oportunidad de servir, de que mi participación política no solo a lo interno del Partido Liberación Nacional, como en puestos de toma de decisión en mi paso por la Asamblea Legislativa así como por el Ejecutivo, haya dejado y deje huellas.
Como país estamos en un momento histórico importante, ya que, por primera vez en la historia, tenemos una Asamblea Legislativa conformada en paridad, de la cual hoy soy parte, pero no solamente eso, en febrero pasado celebramos la primera elección municipal, con la obligación de la participación en paridad, donde prácticamente se triplicaron la cantidad de alcaldesas electas. Todo esto es reflejo de la madurez que ha alcanzado nuestra democracia, a pesar de que algunos dirán que es palabra gastada.
Pero nunca debemos dar por sentado la democracia, muchos factores atentan contra ella, como el crecimiento de la desigualdad social en el país, la inseguridad, el apagón educativo, la falta de inversión social y el poco desarrollo de infraestructura pública.
Costa Rica históricamente ha sido considerado un país excepcional porque ha logrado indicadores que presentan países desarrollados y que nos ha dado un reconocimiento a nivel internacional. Desgraciadamente mucho de lo logrado se ve amenazado ante la falta de visión del país que queremos, sumado esto al desmantelamiento de muchos de esos logros en la última década, perdiendo el objetivo central de cualquier sociedad; buscar una calidad de vida mayor para cada uno de sus habitantes y el bienestar del mayor número.
Nuestra responsabilidad no solo debe ser, superar las complejidades políticas mundiales y locales, sino tener la capacidad de plantear y ejecutar acciones que conviertan a Costa Rica en un país de oportunidades y de bienestar, para todas y todos.
Por eso aspiro a un país próspero, con un alto nivel de desarrollo económico y social, que pueda dar herramientas a las y los ciudadanos que les permita ….
La esencia de nuestro pueblo debe radicar en la capacidad de diálogo, en la construcción de acuerdos, en el respeto a la institucionalidad y en garantizar cada uno de nuestros derechos.
Carolina Delgado Ramírez